Este tiempo desde el último vuelo del reto Antarex ha estado plagado de acontecimientos. Muchos e impactantes. La pandemia COVID, por ejemplo, que nos llevó a unos cuantos miembros del ESA a juntarnos todas las tardes en zonas de combate tan dispares como Virolantis o... ya ni me acuerdo. Y así muerte tras muerte, sobrevivimos al encierro.Dodo : ↑hace 2 añosBueno, pues creo que hay que poner un punto y final a esto. La vida está sembrada de proyectos inacabados y Antarex no iba a ser menos. Fue una experiencia extraordinaria y un buen ejercicio de economía aeronáutica. Con la venta de la Titán se cierra la posibilidad de culminar la aventura tal y como fue concebida. Aparte del gran cariño que le cogí al avión.
Los nuevos socios del EBF, que se incorporan sin ningún requisito ni aportación, no se podrán imaginar lo que supuso el vuelo desde Canarias a Oregón con una Baron, para incorporarme a la base de operaciones en Independence State y de paso acumular fondos para poder hacer mi aportación al capital social de la empresa; aportación que hice con la compra de la casi totalidad de la Titan en Oaxaca (Méjico) y que trasladé en un vuelo que culminó con la llegada en formación de las tres aeronaves del EBF a 7S5, acompañado por Furia y Pegaso.
Para cerrar este logbook tengo que anotar sin duda mi última parada en la localidad malaya de Kota Bharu. Aquí, en el aeropuerto de "Sultán Ismail Petra" he visto languidecer a la Titan, al tiempo que los pagos iban menguando mis cada vez más maltrechos recursos económicos.
No os voy a mentir; no he vivido nada mal durante todo este tiempo. Kota Bharu es una pequeña localidad situada en la frontera con Tailandia y puerta de entrada a la islas Perhentians.
Son musulmanes estrictos sin llegar a ser radicales, pero cuando levantas el velo descubres infinidad de atractivos que consiguen que el tiempo pase sin que te des cuenta. Y es un centro de operaciones perfecto para viajar por los alrededores.
No quiero hacer de ésta una entrada farragosa plagada de aburridos detalles sobre los lugares a los que ir. Ni voy a desvelar los secretos que me han mantenido atado tanto tiempo a esta localidad. Pero sea lo que haya sido, lo cierto es que algún día tendré que reemprender la marcha y aquí empezará todo de nuevo.
El tren de la jungla.
Al final, lo que ya era de por sí una larga estancia, se ha convertido en larguísima por efecto de la pandemia del COVID-19. Recordaré siempre, hasta que el Alzheimer me lo ponga difícil, algunos de los hitos de este largo periplo: los paisajes de Alaska y las Aleutianas, el gran salto a Hawaii y el reto del vuelo a Cantón al límite de autonomía. Tantas y tantas cosas. Pero si tuviera que quedarme en algún lugar volando, posiblemente elegiría Nueva Zelanda como base de operaciones con un buen hidro.
N. del T: Por cuestiones de espacio de almacenamiento en el ordenador, ya que los requerimientos de ORBX eran cada vez mayores, decidí desinstalar P3D a la espera de mejorar la configuración. Ese fue el fin real del proyecto, además de que los últimos meses, el resto de socios del EBF habían abandonado también sus vuelos comerciales.
Mejorado, no del todo, mi ordenador y superadas las reticencias iniciales a comprar e instalar el nuevo MSFS, el Jefe Furia, con su habilidad natural para empujar a la gente a implicarse en nuevas y viejas experiencias, en su rol de Director del ESA Bush Flyers ha decidido comprar una Cessna 414 Chancellor, con la que sustituir y mejorar mi antigua Titan, que sigue varada en dique seco en el aeropuerto de Kota Bharu, lugar en el que se vendió y del que nadie se ha animado a moverla.


La nueva Cessna 414 Chancellor
La empresa me proporcionó el billete de avión para incorporarme a la nueva base de operaciones en Mc Call, que yo cambié oportunamente por uno a Tenerife y así hacer las primeras horas de vuelo y la nueva habilitación en el aeropuerto de Los Rodeos.
Casi todo está previsto en FS Economy
La entrega del nuevo avión condicionada a que retome el diario de operaciones y la narración del viaje. Puedo intentarlo. De momento, me queda un largo recorrido hasta volver a llegar en vuelo a Malasia y reemprender el recorrido allí donde se quedó.Mientras tanto, he vuelto a visitar lugares conocidos como Independence State en Oregón, nuestra antigua base de operaciones y el valle del río Columbia. Lo suficiente para acumular ya unas 40 horas de vuelo con la 414 y empezar a sentirme cómodo con la mayor parte de los procedimientos y condiciones de vuelo. Veremos que depara el futuro; de momento el simulador me ha sorprendido gratamente y el módulo del avión, con prácticamente todo funcional y su techo operativo de 30.000' es todo cuanto puedo pedir. Bueno, una pintadita de la librea tampoco vendría mal, pero conozco a un chino y a sus familiares, que después de pasar una noche en el bar se dan una maña espectacular con eso de la pintura.

Independence State